GILDA

Buenos Aires, Argentina, 7 septiembre de 1996. Gilda, la popular cantante de música tropical pierde la vida en un trágico accidente en la ruta, junto a su madre, su hija y cuatro músicos de la banda.
Seis años antes, Miriam Alejandra Bianchi, quién después se convertirá en Gilda, es maestra jardinera, está casada y tiene dos hijos pequeños. Esta contenta con la familia que logró construir pero siente un vacío en su vida profesional. A Miriam desde chica le gusta cantar, su padre siempre la acompañó en eso y hoy ese deseo, se hace cada vez mas fuerte.
Toti Giménez, tecladista y productor musical del ambiente tropical, convoca a un casting para encontrar una nueva voz. Miriam ve una oportunidad en esa prueba pero su marido, no esta de acuerdo con esa decisión. A pesar de esa negativa, Miriam se presenta y queda elegida. A partir de ese momento Gilda emprende una carrera vertiginosa hacia la fama pero es continuamente rechazada por las discográficas debido a su afinada voz que “no vende”, su delgado cuerpo y sus letras cargadas de sentido. Gilda no encaja con los íconos musicales femeninos de la época.
Gilda empieza a desplegar su propio repertorio como autora sin traicionar la fórmula de la cumbia. Por primera vez una mujer habla a otras mujeres sobre sus derechos, defender su lugar o reclamar ante las ilusiones perdidas.
Sin ningún respaldo económico, atravesando la precariedad machista del entorno, el prejuicio de su familia hacia los sectores populares y la difícil mirada del ambiente de la bailanta ante alguien que no tiene su mismo origen, ella logra en cinco años, lo que a otros artistas les lleva toda una vida.
Gilda se convierte en la “abanderada de la bailanta”, sus fans la siguen con una pasión devota y aseguran que tiene poderes milagrosos, a lo que ella responde:

“Si la música tiene el poder de hacer que la gente se cure, bienvenida sea”

Meses antes de su trágica muerte, graba su disco mas exitoso “Corazón valiente”. Sale de gira por Latinoamérica, se transforma en un ícono popular de la música tropical y logra colocar este género en un lugar de mayor prestigio. Recibe el disco de oro por el éxito de ventas y firma un contrato millonario con México para consagrarse como cantante de la cumbia latinoamericana. En el momento de mayor ascenso de su carrera, Gilda empieza a hablar de su muerte y compone un tema premonitorio: “No es mi despedida”.
“Quisiera no decir adiós, pero debo marcharme.
No llores, por favor no llores, porque vas a matarme.
No pienses que voy dejarte, no es mi despedida.
Una pausa en nuestra vida, un silencio entre tú y yo.
Yo por ti, volveré. Tú por mí, espérame…

GILDAb